“La Furia de las Imágenes” de Joan Fontcuberta

 

Reporte: “La Furia de las Imágenes” de Joan Fontcuberta


En la presente entrada se hablará sobre el libro "La furia de las imágenes" de Joan Foncuberta, ahondaremos en las ideas principales de cada capitulo, parafraseándolas para una mejor comprensión, así como uno que otro comentario personal al respecto.

Justificación

El texto comienza con una referencia a Marshall Mc Luhan, nos dice que: habitamos en la imagen y la imagen nos habita. Esto quiere decir que en la actualidad, la percepción que tenemos de las imágenes ha cambiado, al punto en que nos consume y nosotros a ella. La humanidad se encuentra en un punto donde la forma de vivir el día a día es dependiente de las imágenes, nuestra privacidad y nuestra forma de relacionarnos con las demás personas es parte de este ciclo visual. El arte es reflejo de su contexto y viceversa.
Las imágenes son contenedores de pensamientos, acciones y conocimiento que impactan directamente en nuestras conciencias. La innovación tecnología nos ha conferido el poder de producir y reproducir imágenes de forma masiva, lo cual es un arma de doble filo, ya que el impacto de una sola imagen se vuelve peligroso debido a nuestra incapacidad de controlarla. El autor denomina a lo anterior como la furia de las imágenes, puesto que son demasiadas, intangibles, trasmisibles a gran escala y con muchísimo contenido, cristales de realidad que se reparten y multiplican por segundo.
En los siguientes párrafos habla de los la percepción noventera sobre los teléfonos y si estos debían tener pequeñas cámaras instalados, me pareció importante la siguiente frase: "ya no estamos frente a teléfonos que permiten tomar fotografías, si no a cámaras que permiten hacer llamadas telefónicas". El contraste de un pasado en el que ni siquiera se tomaba en cuenta lo que está pasando hoy en día con respecto a la cultura visual es impresionante, creo que es un ejemplo de que la apertura a cosas que nos parecen inconcebibles pueden lograr grandes resultados. Esta nueva apreciación de las imágenes nos abrió una nueva forma discursiva. 
Por ultimo, deja en claro que en el resto del texto se ahondará en algunas cuestiones derivadas de pensar en la imagen.

Prolegómenos postfotográficos 


Comenzamos este capitulo con una historia que deviene en el icono representativo de nuestro tiempo,  la tecnología digital de la época actual. Una imagen de un sensor ampliada, nos hace referencia este como el "útero" de las imágenes, el lugar en donde se gestan, hoy en día casi todas las imágenes surgen de un sensor digital como el que se nos presenta. 
Continuamos con más diferencias tecnológicas y culturales, el autor nos habla de como antes costaba mucho trabajo compartir imágenes que tuvieran la intención que la persona deseada, desde el momento en el que el fotógrafo la tomaba hasta que se reproducía como postal y finalmente era enviada a su destinatario, todo el esfuerzo requerido para ello es inmenso a comparación de los medios actuales, que con un par de toques a una pantalla tienes la "confección" ideal para el mensaje que quieres transmitir.
También menciona dos sucesos importantes que contribuyeron a esta revolución visual, los cuales son el primer correo electrónico enviado en 1971 y la primera fotografía enviada desde un teléfono móvil, en 1997.

Tiempo de vacas gordas 


El siguiente capitulo es muy conciso en cuanto a describir nuestro periodo histórico actual y todo lo que lo rodea. Empieza con un concepto clave, la hipermodernidad que está marcada por el tecnocapitalismo consumista, la cultura del exceso, la flexibilidad, y la insaciabilidad generada por la creación de necesidades no primarias. El conjunto de todo lo anterior no nos permite controlar la creación de nuestra propia historia, generando un distanciamiento con el futuro e incluso un desinterés por el mismo. Entiendo que estamos en una época en donde las estructuras sociales, económicas, políticas, religiosas, artísticas y en general todas las facetas de la vida misma se ven transformadas en lo que Lipovetsky llama «la segunda revolución individualista».
En esta situación hipermoderno, los sentidos se exacerban y la realidad se artistiza, creando espectáculo, emociones y entretenimiento de todo lo que se pueda. Entonces, la cultura ilustrada se ve desplazada por la cultura popular universal, acelerada e intensificada.
Prosigue con una serie de ejemplos para esta nueva hipermodernidad, los cuales son la serie de Black Mirror y la instalación de Erick Kessels Photography in Abundance. Me gustaría rescatar la siguiente frase de uno de esos ejemplos: "La meta de «ser más uno mismo», de colmarse individual y colectivamente, se consigue en la aspiración por lo superlativo".
En resumen, y volviendo al tema de la imagen, debido a esta cultura insaciable se han generado tantas imágenes que nos saturamos de contenido visual, el mensaje que nos deja al final este capitulo al ver esta situación es el de la reflexión sobre las imágenes que faltan, lo que nosotros podemos aportar a este nuevo mundo que es visto a través de los ojos, aquello que ha sido olvidado, censurado o prohibido.

La condición postfotográfica 


El capitulo empieza desglosando el término de "postfotografía", simplificando, es aquello que supera o trasciende a la fotografía (fotografía como la hemos entendido hasta hoy en día). Podemos decir que esta palabra nos indica mucho más lo que no es que lo que es la postfotografía, hace referencia al resultado de esta revolución cultural que le liga con una nueva percepción espacio temporal, la desinvención de formas hegemónicas en la fotografía, las artes y los ámbitos en los que se desarrolla la humanidad en general.  
En esta sección ejemplifica la diferencia entre la postfotografía y la fotografía como alguna vez lo fueron la fotografía y la pintura, lo entiendo de mansera sencilla como una nueva forma de creación con características independientes a su predecesor, una nueva forma de lenguaje que se inspira en los modos de creación anteriores a él. 
Otra diferencia que nos deja clara la lectura sobre la postfotografía es que la verdad se convierte en un recurso que se puede elegir, es decir, la postfotografía no tiene la intención de capturar la realidad como es o de documentar los sucesos de manera fidedigna como la fotografía periodística. 
Los avances tecnológicos aunados a el cambio radical en la humanidad consolidaron a la postfotografía como un regente de nuestra cotidianidad, si lo vemos desde una perspectiva más amable, entonces la imagen (y sobre todo las imágenes resultantes de la postfotografía) sería uno de los pilas de esta época. 
La sección "Estallido de imágenes" empieza hablando del capitalismo de las apariencias a partir de esta sobreexposición de imágenes, ya que todo el mundo es capaz de producir y consumir imágenes. Sin embargo, menciona que ocurre un fenómeno en el que las políticas de la imagen se ligan mucho más a ocultarlas (censurarlas, sustraerlas o prohibirlas) en vez de generar más de ellas. 
"La postfotografía nos confronta a la imagen desmaterializada" esta frase hace referencia las imágenes digitales o electrónicas, las asemeja con las imágenes mentales, ya que aparecen y desaparecen en un instante, son de estancia leve y efímera, y a pesar de eso tienen el poder de establecer orden en nuestros tiempos. Me llamo mucho la contraposición que hizo de la postfotografía y la fotografía referenciando a Heráclito como el cambio incesante y a Parménides y Demócrito, ya que ellos se enfocaron más a la permanencia del ser, como la fotografía ya que se trata de los planos reales y la conservación de los mismos. Al final menciona un término que podría encajar con la postfotografía, la "fotografía liquida", denominada así por su característica de ser fluida y cambiante. 

Por un manifiesto postfotográfico  


El síndrome de Hong Kong es uno de los conceptos que el autor utiliza para describir las imágenes creadas por la postfotografía en la actualidad, se remonta a un suceso que ocurrió en China para darnos a entender que la cantidad tiene prioridad sobre la calidad en los tiempos actuales, bien dice el autor "más vale una imagen defectuosa tomada por un aficionado, que una imagen tal vez magnifica pero inexistente". La experiencia visual deja de estar cobijada en un circulo elitista, pasa a ser dominio público. Se funda un nuevo lenguaje visual a partir de la sobreproducción de imágenes.
Nos deja en claro que las puertas están abiertas hoy más que nunca, nos cuenta que la tecnología aún tiene mucho que ofrecer al mundo, pone ejemplos de institutos cuyo fin es desarrollar nanotecnología capaz de ampliar los alcances de la imagen, ya sea mediante proyecciones cerebrales o algún otro método que se desarrolle, esto es solo el comienzo para una nueva civilización inmersa en la tecnología. 
La postfotografía ha creado un limbo en donde el concepto de autor se transforma, la imagen al ser desmaterializada es apropiable digitalmente. Nos dice un concepto fundamental para entender la postfotografía, "la estética del acceso", hoy por hoy disponemos de una cantidad abismal de imágenes a las que todo el mundo tiene acceso, el problema que nos plantea es que a partir de esto se genera una repetición constante de contenidos, el autor lo llama "contaminación visual". La reflexión al respecto es lo que nosotros podemos aportar a esa inmensidad de contenido, o si realmente se puede añadir algo diferente a ello. 
Además, nos platica de una serie de artistas que han generado series graficas  a partir de los recursos digitales tales como Google Street View y Google Earth, esto me da a entender que la postfotografía no se reduce a la edición digital, si no que hay un sin número de sitios en internet y medios digitales que pueden utilizarse como herramienta para generar intenciones artísticas, que aún deben ser exploradas por la corriente postfotográfica. 
Para cerrar este apartado, nos habla de como esta nueva cultura visual impacta hasta en la formación de nuestra identidad, proyectada en las selfies. Las cuales generan un genero discursivo diferente, que sirve tanto como para conocerse como para reconocerse a uno mismo. 

La obra de arte en la era de la adopción digital

Comenzamos este capitulo con una cuestión importante, vimos anteriormente que ni la materialidad es trascendental en la postfotografía, entonces, ¿Dónde podemos encontrar el valor de esta disciplina y las obras que lo conforman? La tecnología se ha desarrollado al punto en el que la técnica no es un recurso difícil de lograr para manos inexpertas, por lo tanto el verdadero valor reside en la capacidad del creador de dotar a su obra de un concepto, el que se comunique una idea a través de una imagen. El merito no está en saber fabricar una imagen innovadora o nueva, si no en saber dirigir la intención de la imagen y gestionar su función, desde imágenes nuevas hasta imágenes antiguas. Las condiciones están sentadas para que todas las imágenes sean arrebatas de sus contextos originales, "apropiadas", este acto puede significar una transgresión al autor y sobre todo a la imagen misma, por lo tanto busca una alternativa más amable, como lo es la "adopción de imágenes", el cual respeta los valores que contiene, ya sean intelectuales, simbólicos, estéticos, morales, espirituales o políticos. Esto nos ayuda a no transformar la imagen a algo nuevo, que atente contra si misma, más bien hacer una declaración publica que trasmita conformidad, el estar de acuerdo con lo que contiene dicha imagen, identificarse con ella en lugar de rescribirla. Un ejemplo para esto es el "me gusta " de Facebook, que hace saber tu aprobación al respecto sin alterar en ningún sentido el post, así serían las adopciones ideales de imágenes que propone el autor del texto.

La postfotografía explicada a los monos

En esta sección el autor nos narra un par de anécdotas relacionadas con animales incursionando en la fotografía, en este caso, monos. El mensaje de estas historias que contó sobre las imágenes capturadas por seres no humanos, es que la importancia de las mismas radica en la carga intelectual de las fotografías y no en aquel que presionó el disparador de la cámara. La referencia que hizo al caso de la selfie del macaco negro crestado, y como concluyó en que ni siquiera Dios o los fantasmas pueden reclamar derechos de autor, solamente se reservan para creaciones meramente humanas, pero otro hubiese sido el resultado si el fotógrafo hubiese apelado por los derechos intelectuales dela obra, como el artista que orquestó a un conjunto de monos con cámaras y publicó su articulo en una revista. 

Vidas de la imagen

Por ultimo, desarrolla la labor del artista y la compara con la de un pepenador, ya que vuelve a la idea de adoptar imágenes, entre buscar entre la "basura" del pasado y revivirla, pues eso reafirmaría lo que alguna vez se dijo. El lugar en el que se valida esto son los museos, por lo que no sirven solamente como cementerios de obras condenadas al pasado, si no para su redención y reanimación. Hay una frase que creo que resume la idea anterior: "Fotografiar fotografías", al igual que el autor me parece importante rescatar y conferir importancia a lo que ya se dijo a través del arte, conocer nuestra historia y los valores del pasado nos ayudarían mucho a establecer un futuro más consciente. 


Concusión


En general esta sección del libro nos habla de las capacidades de la postfotografía, su origen y su razón de ser. También, nos contextualiza y ahonda en diversos aspectos de la sociedad actual que devienen en la cultura visual. Marca diferencias entre la postfotografía y la fotografía, para esclarecer las dudas sobre las imágenes que se generan actualmente, así como la percepción de los creadores hacía ella y su responsabilidad con el arte del pasado, presente y futuro. 



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